ALABANZA Y ADORACIÓN
Su propósito es que, como congregación, le expresemos a Dios nuestro amor y entrega porque reconocemos que no se trata de nosotros sino de Él. Entendemos que una de las maneras de hacerlo es entonando canciones y alabanzas cristocéntricas, adorando a Dios como congregación y expresándole que toda la gloria y honor le pertenecen a Él.
“Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra; adoren al Señor con regocijo. Preséntense ante él con cánticos de júbilo” (Salmo 100:1-2).